Nos abocamos a un nuevo boom inmobiliario

Como si se tratase un oleaje perpetuo, así se dibujan las diferencias entre las crisis y los resurgimientos. Tras un periodo de recesión, el rebote económico se impone en los mercados. La vivienda en España se está recuperando a pasos de gigante, tanto que la energía de su inercia podría derivar en un nuevo boom inmobiliario.

Entre los indicadores de este ascenso en las compras se han citado reducciones de las tasas de interés fijados, la limitación en la oferta de las casas. Las expectativas de recuperación van al compás de la predisposición a buscar hogares con más espacio desde que las personas trabajan desde sus casas.

Una investigación realizada por la Universidad de Barcelona en colaboración con la agencia inmobiliaria Forcadell desvela la futura dirección de las inversiones en la vivienda.

Reciente estudio inmobiliario

Este estudio parte del análisis de los resultados obtenidos el pasado 2020. Ese año las ventas sufrieron un retroceso en sus transacciones tanto en vivienda nueva como en inversiones de viviendas usadas. Sin embargo, esta recesión es mucho menor a lo esperado. El aumento hipotecas y una población media-alta con interés por la compra han amortiguando la caída.

En orden seguido, la investigación trazó el futuro camino comercial del sector. Los datos afirman que el segundo semestre de este año se prevé un nuevo ascenso de ventas. Esta buenaventura podría durar hasta el 2023. El incremento durante este año podría escalar hasta un 5%. Mientras que en 2022 este suplemento podría registrar un valor de 10% en su precio final.

Otro estudio realizado por la Universidad Politécnica de Cataluña junto a Grupo Tecnocasa revela la posible caída de los precios. Un reducido 1,43% interanual, lo que significa cuatro semestres de descenso consecutivos. Además, destacan que las reducciones más importantes se producirán en ciudades como Alcalá de Henares, Córdoba o Málaga. Mientras que las principales ciudades del país, Madrid y Barcelona casi no se verán modificadas.

Este informe apunta el recorte en inversores, sobre todo en la capital catalana donde esta cifra está a la baja desde el año 2017. Se contabiliza en un 20,6% menos del cómputo total de las compraventas.